Introducción:El vocabulario adolescente y abreviaturas de los SMS revolucionan el español de la calle. ¿Los jóvenes hablan mal, empobrecen el lenguaje, no tienen vocabulario o, por el contrario, son los que experimentan con la lengua, crean nuevas palabras y contribuyen a la evolución y modernización de un idioma? El tema es complejo y por tanto, no hay una respuesta única.
Lo que todos reconocen es que nos enfrentamos a una nueva realidad, fruto de una cultura audiovisual, donde los móviles e Internet constituyen las principales vías de comunicación escrita entre los jóvenes. ¿Qué consecuencias tiene esto? La limitación de espacio y el precio de los mensajes, así como la rapidez a la hora de escribir, han generado una serie de abreviaturas en el lenguaje, que acaban invadiendo también las aulas escolares, con el consiguiente descontento de los profesores.
El lenguaje juvenil, y el lenguaje de los SMS tal vez no sea sólo una faceta del español coloquial sino la faceta que más éxito goza actualmente en las producciones orales, al mismo tiempo que constituye una de sus principales fuentes léxicas.
Como escribía García de Diego: Para un lingüísta no hay un sólo momento de quietud en una lengua. El idioma es fijo sólo para la somera observación. Las gramáticas históricas nos hablan de cambios; ahora, en nuestro idioma, no vemos que pase nada, y sentimos la falsa impresión de que hemos llegado a una definitiva estabilidad. Y, sin embargo, pasan tales cosas que la lengua de una generación, en un recuento minucioso técnico, nos dejaría asombrados de sus cambios.